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lunes, enero 05, 2015

Reh-app


Ya ha acabado el 2014 y toca hacer balance, como hacen en la tele, que cada día tienes uno diferente: Las actrices mejor pagadas del 2014, Los políticos más corruptos del 2014, Los modelos más feos de Leticia Ortiz del 2014 (no me la dejan en paz a la pobre…)…

Este ha sido el año en el que abdicó el Rey, se quemó Campofrío y murió Cayetana.

También ha sido un año en el que he estado muy enganchada al whatsapp y justo en el momento más álgido, me lo dejé en Londres, fue el Karma. Los primeros momentos fueron duros pero me dije a mi misma Karma-Te y aprovecha para desintoxicarte.

Pero mi Reh-app duró poco, porque tres días después mi antiguo móvil funcionó milagrosamente y hasta hace 5 días, que volvió mi móvil desde tierras anglosajonas, me he estado apañando con el otro, eso sí, sin poder descargar fotos ni videos ni audios (no tenía tarjeta SD ni me la iba a comprar) y he vivido muuuuuuuy agusto, porque hay que ver la de mierdas que nos mandamos.

Además descubrí que el  40% de tráfico de mensajes que recibía los provocaba yo misma.

Como he dicho otras veces, viviríamos mejor sin whatsapp, pero ya no podemos vivir sin él. Hubo un apagón de whatsapp, ¿quién se acuerda? Salió en las noticias. Aquel día también se cayó el correo de mi curro y me inspiró esta “poesía para el día a día”:

                Se ha caído el correo

                Como este finde whatsapp.

                Mi suegra estaba preocupada porque tenía mensajes sin envíar

                si no, le caería la mala suerte.

                Y yo a ella la entiendo,

                que acaba de aterrizar

                Pero no entiendo que un ingeniero

                De la rama industrial

                me reenvíe el mensajito

                de que el mundo se va a acabar

                o que whatsapp de pago se convertirá.

La cibermala suerte surge desde el momento en el que como humanidad, deja de interesarnos cómo funcionan las cosas que tenemos alrededor. Todos sabemos, o sabíamos, como funcionaban los coches, las televisiones de tubo, las radios y las batidoras, ¿alguien sabe como funciona un silly-phone? ¿cómo funciona ahora un coche? ¿ por qué antes teníamos sólo 5 canales y siempre algo interesante para ver en la tele y ahora tenemos más de 50 y no hay nada que merezca la pena?

El hecho de no saber como funcionan las cosas, nos hace ignorantes y nos provoca tenerles miedo. Pasó con el SIDA. Por eso cuando el otro día escuché a una madre decirle a su hijo que la mujer que salía en la tele era una italiana que no sabía hablar bien el castellano, en lugar de decirle la verdad, que era un transexual, se me pusieron los pelos de punta. Hay que saber como son las cosas,  y no tener una visión trastornada de la realidad porque eso te lleva al rechazo. Al rechazo de la sociedad cuando como adulto llegas con estereotipos y a rechazar cosas que deben (a mi juicio) ser normales, como un transexual o que el teléfono sólo es una máquina y no debe ser el centro de tu mundo.

Lo primero que sentí cuando me di cuenta que había perdido el teléfono fue un dolor en el pecho, luego miedo y a continuación tuve síndrome de abstinencia, si. Físico y mental. Creo que hoy ya estoy mejor y he conseguido desengancharme un poco más.

 

1 comentario:

  1. Anónimo6:46 p. m.

    absolutamente de acuerdo tener más aplicaciones como WhatsApp o medios como la informática nos hace más libres lo que nos hace más libres es tener información real y transmitir valores como la tolerancia

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